González Palma – Constelaciones de lo Intangible

Entrar a esa exposición es como entrar en un templo.

Aceptamos salir de la turbia de Madrid, de sus treintaypico grados, de los « Venga » y de los « Vale », de su música callejera y su olor a calamar frito. Para vivir una experiencia. Adentro.

Todo empieza por esa maquinaria – más sala que ascensor – que sube con lentitud y en silencio como si nos encaminara lejos del espacio-tiempo. Y nosotros, público, nos entregamos.

LUIS GONZÁLEZ PALMA. CONSTELACIONES DE LO INTANGIBLE.

En medio de un tenue claroscuro, aparecen, cual retablos en altares misteriosos, cientos de miradas a la luz. Miradas y miradas, miradas profundas que nos adentran en almas humanas. En vidas y vivencias. Esos ojos nos miran y mirándonos nos cuentan. Unos, el horror de los masacres – tumbas y una mujer con aire de Santa María, de mirada humedecida. Otros, el dolor sordo a miembro amputado de las ausencias sin respuesta – sillas vacías colgadas en una pared, fotos de estudio en blanco y negro fijadas con tachuelas. Otros, dignos, nos comparten sus momentos de humillación – un metro midiendo el tamaño de la inteligencia indígena.

Algunos tienen miradas ocultadas… Así va de Tu mirada me distorsiona sin saberlo, un políptico impreso sobre papel japonés, en el que los guardaespaldas de una familia guatemalteca aparecen vestidos de nobles de la época colonial. Esos rostros morenos, de indígenas o mestizos, duros y cansados a la vez, esos rostros que se suelen ver quemados por el sol en la entrada de bancos o en parqueos de restaurantes, esos mismos que no se suelen fotografiar, cobran aquí una nueva dimensión. La vestimenta, la luz y la repetición los hace aparecer casi como una familia de abolengo. Digo casi, porque el autor arrugó y plegó el papel de tal manera que muchas veces a penas se pueden adivinar los ojos; y la postura es quien expresa la historia de cada uno.

La mirada crítica, la del autor esta vez, está presente en cada una de las obras. Aunque de forma más o menos explícita, González Palma nos ofrece su visión de la sociedad, de las reglas de educación, cuestiona el “bien” y el “mal” y antepone una opinión personal, original, sin palabras, con fineza. Asimismo, la serie Acariciando la angustia representa impresas y bordadas sobre seda símbolos de boda. A un despistado, el compromiso del autor pasará desapercibido.

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Las figuritas le parecerán las típicas que se colocan sobre los convencionales pasteles hechos para celebrar la unión de dos personas, los bordados serán un detalle hecho por la abuelita del barrio… pero a medida que uno se acerca, se va dando cuenta : las mujeres sosteniendo sobre su cabeza a la pieza los hombres. Abajo, se ve bordada una imagen entre lucha libre, y violencia de género, rodeada de diamantes – el mismo diamante que representa la eternidad dela institución matrimonial… La representación con el modelo de la Santa Sábana, los colores y la iconografía años 30 le da un tono solemne que contrasta con la visión tremendamente crítica de la obra; y asimismo le da más fuerza.

Más recientemente, la obra del artista ha cobrado una dimensión más gráfica. En la serie “Möbius”, la fotografía es base del lienzo, en composiciones e instalaciones que pueden hacer pensar en Piet Mondrian, en Francis Bacon… El tratamiento de la luz cobra una 3a dimensión, pues no solo está presente en la fotografía sino también en la curaduría de la exposición, insistiendo en algunos puntos, colocando en el misterio de la sombra aspectos más misteriosos. El rojo (base de las impresiones, hilo rojo, etc.) y el dorado (pan de oro, pintura dorada, láminas de oro, etc.) están presentes en la mayoría de sus obras, como referencia al barroco; alusión también a la sangre y a la opulencia. Un barroco hecho propio, un barroco tan guatemalteco, un barroco tan actual.

La fuerza de González Palma ? Lograr que cada espectador tenga una relación directa y privilegiada con cada una de sus piezas. Y eso, sin importar cuanta gente esté presente en la sala de exposición. Así como los fieles ante las imágenes santas, nosotros espectadores nos encontramos frente a esas fotografías que contienen algo del misterio humano, unidos por un hilo de respeto inusitado. La religión de lo sensible, de la belleza, de la compasión, de la empatía, conmueve.

Para los guatemaltecos viajeros, ciudadanos del mundo, amantes de la fotografía, curiosos, filántropos, estetas, y seres humanos de toda índole y gran corazón… esta exposición es un momento de fuerza y paz que para ofrecerse en Madrid. No se la pierdan.

Especiales gracias a :

  • Oliva María Rubio. Directora artística de La Fábrica por su estupenda visita de la exposición
  • María García Yelo. Directora de PHotoEspaña, por darme las claves para entender mejor el festival
  • Ana Berrugete, directora de exposiciones, por su tiempo y disponibilidad.
  • y todo el equipo de PHotoEspaña que ofrece un espacio anticrisis a la expresión fotográfica

Published by ChristinaCM

Chapina parisina en busca de emociones culturales Viajante de lo inaudito Centraca en el alma En papel : licenciada en gestión cultural (Université La Sorbonne Nouvelle - París) y máster de Estudios Latinoamericanos (Instituto de Iberoamérica - Universidad de Salamanca - España). Actualmente: administradora para La Caféothèque - París Fundadora del colectivo de curaduría en cafés Coffeexhibits Fundadora y presidenta de la asociación ACÁ : Asociación Centroamericana en París

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